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Mostrando entradas de octubre, 2019

Predestinado

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Juan Romero es lo que se dice un predestinado: su apellido indicaba sin lugar a dudas la actividad que ocupaba a su familia. Fue su bisabuelo, Jacinto Romero, quien abrió en 1935 la farmacia y herboristería de la calle Lorenzo López. Y allí empezó como aprendiz su abuelo, más tarde su padre y finalmente él y su hermana, a medida que fueron cumpliendo 12 años.  La cuestión es que un día Juan se cansó del negocio, y lo dejó en manos de su hermana para emprender nuevos rumbos. Con unos ahorros instaló un local de empanadas muy coqueto y pulcro, y dos motos rojas para hacer el reparto. Sus empanadas eran especiales: haciendo gala de sus conocimientos, condimentaba cada variedad con hierbas exóticas. Lograba un sabor inigualable que maridaba perfectamente con cada ingrediente. Los pedidos llovían, en especial los fines de semana, y Juan se sentía en el paraíso.  Cuando despachaba en el mostrador le gustaba conversar con los clientes y comentar las novedades del barrio, lo bu