La nena de los huevos emplumados
Como hija única de padre idem, para mi abuela Angélica el día de Pascua era todo un acontecimiento. Y así como en Navidad se hacen colas interminables para comprar el pan dulce de Plaza Mayor, lo mismo pasaba para esta época en dos chocolaterías famosas del centro: Corso y Córcega. La primera, que creo que todavía subsiste en su local original de Maipú y Corrientes, mano izquierda, tenía unas latas de bombones color marrón o azul. En más de una casa se deben seguir usando como costurero, donde el unoauno no alcanzó para reemplazarlas por las latas de galletitas danesas, mucho más altas y más cómodas para guardar hilos, cierres, frasquitos con botones, ganchitos y otros. Córcega estaba en Esmeralda o Suipacha...Hace mucho pasé y ví que había cerrado, y fue algo raro o feo, porque sentí que se había cerrado una puertita de mi infancia. El local estaba al lado del Palacio o el Emporio de la Papa Frita, donde la gordita que siempre fui disfrutaba al ir con su papá a dar cuenta de