La receta mágica de mi abuela Piti
Tuve una época "blue", en la que estaba siempre triste. Me levantaba sin energía y con tal desgano, que solo acordarme ahora me hace sentir lástima de aquella que fui. Un día no pude aguantar más, y en un intento de iluminar esa etapa tan gris, recurrí a una receta de mi abuela. Ella tomaba un vaso de agua tibia cada mañana con una cucharadita de miel “para reactivar el organismo y cargarse de energía”, según decía. Ni bien me levantaba preparaba la bebida mágica que tomaba de a sorbitos, mientras miraba por la ventana de la cocina a una virgen de cemento blanco que compré alguna vez para sentir que protegía la casa. Si bien no soy de las personas más creyentes, a veces le hablo, le pido, le comento y le agradezco cosas. Y en esa etapa en la que veía todo mal, le rogaba que hiciera que el brebaje mágico de mi abuela funcionara y me trajera alegría. Y aunque suena surrealista, cada sorbo me parecía un bálsamo que de a poco iba llenando mi cuerpo de algo bueno, que m